Las ocasiones especiales se celebran regalando flores; por eso para festejar el comienzo del adviento de este año he elegido la Orquídea de la Navidad, una exquisita flor, blanca como la nieve, con forma de estrella de seis puntas y originaria de Madagascar. Una belleza para la vista y sobre todo a los ojos de la Ciencia. La Estrella de Belén es una rara obra de ingeniería que tiene un nectario de un pie de longitud. Un espécimen le llegó a nuestro procastinador del año pasado —Darwin— en 1862 y estableció la hipótesis de que tenía que existir una mariposa con una trompa de treinta centímetros que la polinizase. Cuarenta y un años después se descubrió la existencia de la específica polilla nocturna que se sentía atraída por esta flor. La atracción entre orquídeas e insectos le sirvió al científico para fundamentar el concepto de coevolución, y para divertirse dibujando.
Un año más comienza Adviento y, como ya empieza a ser tradición, felicito a las familias de los niños nacidos este año: Ada, Alén, Iria, Jorge, Marta, Sofía, los gemelos Oscar y Manuel…
Bienvenidos y feliz Adviento para todos.