Sal y buena suerte

Tras el primer año trabajando juntas, una nueva compañera me regaló un tarro de sal que trajo de sus vacaciones en Ibiza, la sorpresa fue doble ya que nunca me habían regalado un bote de la única roca comestible ni tampoco había reflexionado sobre el simbolismo de tan bonito detalle. Raquel sabía del valor del condimento más antiguo del mundo, utilizado para conservar alimentos, además de su significado sobre la permanencia y la estabilidad de la amistad.

Así, los saleros, como recipientes de tan preciados materiales cristalinos, fueron considerados desde la antigüedad clásica como atributos de la prosperidad familiar y, cuando se vestía una mesa, lo primero que se colocaba era el salero a modo de hospitalidad. Estas piezas llegaron a formar parte de los bienes que se heredaban de padres a hijos1 y fueron objeto de diseño con los materiales más ricos de la mano de los orfebres más prestigiosos a la vez que aumentaba el deseo de robarlos por parte de los delincuentes. Benvenuto Cellini con una personalidad pendenciera2 y humanista reunió ambas características: la de delincuente (cuando fue acusado y encarcelado por robo de joyas) y la de ser el mejor dotado entre los broncistas y orfebres, llevando a la categoría de arte escultórico al Salero que forjó para el Rey Francisco I de Francia3.

Grabado del salero del rey Francisco I de Francia, obra de Benvenuto Cellini

En este salero las figuras sentadas de Neptuno y Ceres entrelazan sus piernas recordando la manera en el que el mar y la tierra penetran el uno en la otra. El hombre está sentado en una concha marina y tiene una barca dónde se coloca la sal fruto de sus dominios, se reconoce su divinidad por el tridente y por los animales del océano que le acompañan. La diosa, recostada sobre montes y llanuras porta una cornucopia como símbolo de su abundancia y, en un templete jónico que tiene a su lado, es dónde guarda la pimienta, el fruto de la tierra. lo esta posición de los personajes, el artista simbolizaba cómo se produce la sal marina de la unión del agua del mar que queda en tierra cuando se evapora el agua. El artista aventurero completa la pieza cuando adorna en su base de ébano, con las alegorías del tiempo la Aurora, el Día, el Crepúsculo y la Noche4 y sin dejar nada al azar, con suma delicadeza, incluye a los cuatro vientos principales, Bóreas, Noto, Euro y Céfiro.

Salero de cristal de roca en forma de delfín, Giovanni Battista Metellino, 1700 Copa con sirena de oro, Tesoro del Delfín, 1570

Con objetos como el salero de Cellini se afianzó la costumbre de adquirir piezas suntuarias como escenografía del prestigio y del poder de los reyes ante sus súbditos y frente a las monarquías vecinas. En la colección del Tesoro del Delfín, procedente de una transmisión hereditaria, que se custodia en el Museo del Prado protegida por la única vidriera de alta seguridad del mundo5 para evitar tentaciones, podemos encontrar dos saleros extraordinarios inspirados en motivos marinos: el de cristal de roca6 en forma de Delfín y la copa con sirena de oro. ¿Qué mejores portadores de tan preciado fruto del mar que estas dos figuras salvadoras de los náufragos?

Hace seis meses pensé que se me había derramado la sal 7 (y que jamás me tocaría la lotería) porque ya no compartiría la jornada con mi buena amiga Raquel pero…desde el primer momento del cambio laboral, mis nuevos compañeros de salario me acogieron con tanta hospitalidad, con el rostro cubierto por mascarillas y sin necesidad de poner ningún salero a la vista, que no tuve la tentación de mirar atrás y me libraron de ahogarme o de convertirme en una estatua de sal8. Amigos, ¡a ver a quién le puede tocar mejor lotería!

  1. Los salinum romanos, eran contenedores de sal (piezas de esencial simbolismo ya que preservaba una sustancia divina) que se heredaban. Podían ser cerámicos o de plata en función de los recursos de las familias. 

  2. El más dotado de los escultores broncistas y orfebres tuvo una biografía animada y polémica, fue acusado de dos asesinatos y encarcelado en el Castillo de Sant´Angelo por otra sobre el robo de unas joyas. Un enlace por si tenéis curiosidad en saber sobre el robo más importante de la historia de Austria del salero de Francisco I 

  3. El salero fue llamado la Mona Lisa de la escultura por su creatividad y perfección en el trabajo (a golpe de martillo y cincel) además de ser una novedad el elevar un elemento útil a la categoría de obra de arte, porque, hasta la fecha, la gran orfebrería estaba destinada exclusivamente a piezas relacionadas con la liturgia de la Iglesia o a coronas y cetros reales. 

  4. Estaba inspirado en la tumba de los Médici de Miguel Ángel. 

  5. El tesoro del Delfín vivió muchas peripecias, desde el saqueo napoleónico hasta un robo interno y sistemático dentro del museo, por lo que algunas piezas están incompletas. En la reciente labor de restauración se ha averiguado cómo eran gracias a los estuches originales, y únicos en el mundo, que presentan la misma forma que el objeto que albergan y a las cincuenta y cinco fotos que en 1863 realizó Jane Clifford como el primer trabajo de documentación del tesoro. 

  6. El cristal de roca, lejos de ser un vidrio suntuoso, es una piedra muy frágil labrada con técnicas secretas en talleres familiares, un milagro de la naturaleza que, según los griegos era el hielo petrificado en el corazón de las montañas. 

  7. Tanto Homero como Platón consideraban la sal como una sustancia amada por los dioses. En Mesopotamia había tablillas legales que indicaban la conversión de la sal en precio de mercado. En Roma era considerada el oro blanco y se entregaba como salario muy valioso. El personaje que al tirar la sal crea el mito de la mala suerte es Judas Iscariote quien, al derramarla en la Última Cena, rompe con lo divino. 

  8. El castigo a la mujer de Lot por desobedecer al mirar atrás fue convertirla en una estatua de sal. Esta historia toma forma en las columnas de sal que se ven cerca del Mar Muerto roídas por la erosión. 

Sal de Ibiza

Sal de Ibiza

Perfecta para poner un toque de sabor a tus platos o para regalar a los más sosos un bote de sal que se recolecta en la Reserva Natural del Parc Natural de Ses Salines d’Eivissa en Ibiza.

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