En verano rescaté de casa de mis padres cuatro volúmenes sobre escultura que mi hermana había comprado en uno de sus viajes de la era pre-Amazon y mirándolos (o ¿viéndolos?… ya se sabe que, para los que somos de Vigo, todo se mira) pensé en cuándo podríamos volver a un museo y la suerte que había tenido de haber visto en directo a algunas de ellas como el superintendente sumerio cejijunto de ojos azules y el auriga de ojos marrones y pestañas increíbles.
No es lo mismo mirar de frente los ojos de lapislázuli1 perfilados de negro del superintendente Ebih il, en contraste con el alabastro2 translúcido de su piel, que verlo en un libro o en el instagram del Louvre, porque esta figura votiva, pese a su hieratismo, y a responder a un canon que no busca la belleza, pide ser vista de frente y si tienes la suerte de hacerlo, prepárate a que te hipnoticen sus ojos enormes, sin párpados, enmarcados por sus grandes cejas que te hacen olvidar la sonrisa arcaica, que tiene la cabeza rapada, un extraño faldón de lana de oveja, la inscripción de su nombre, que le faltan los pies y que tiene una protuberancia trasera. Es la escultura perfecta para esta época, podría llevar una mascarilla y se le identificaría sólo por su mirada3. A ojos vistas y contra todo pronóstico, el pueblo del superintendente Ebih il tenía un ojo clínico para los avances de la humanidad4 y consiguió, en un abrir y cerrar de ojos, implantar la proporcionalidad y la justicia equitativa con la aplicación de la ley del ojo por ojo que recoge el Código de Hamurabi5 en una piedra, bastante más dura, oscura y común6 que el alabastro, un avance jurídico que hoy no se le suele mirar con buenos ojos.
Jroña que jroña7, en un octubre de la era preNavegadores, en la que sólo podías geolocalizarte leyendo carteles, situándote en los mapas (que también se inventaron en Mesopotamia) o preguntando a un nativo que nunca tenía la voz de Siri, mi hermana y yo, en un viaje inolvidable, conseguimos orientarnos y llegamos al ombligo del mundo, el Santuario de Apolo dónde -le echamos el ojo_ al siciliano Polyzalos, más conocido como el Auriga de Delfos8, un príncipe de Sicilia9 aficionado a las carreras, que como un Michael Schumacher de la antigüedad, había triunfado con su cuatro caballos en los juegos píticos y además, con su actitud de serena armonía y equilibrio, plasmaba el arte de templar de las tres almas del piloto de Platón. A nosotras nos costó dejar la morada de Apolo dónde se hospeda el auriga de rostro concentrado con mirada intensa por el vidrio marrón con máscara de pestañas porque el arte, y la hospitalidad de Grecia nos colmaron de armonía, equilibrio y serenidad.
Para terminar, una escultura, que no aparece en los libros de escultura que Moni compró después de nuestro viaje a Grecia, y que vi un día de este mes cuando recuperé la posibilidad de volver a disfrutar en directo, en la Fundación María José Jove, de One Day; una escultura, de aluminio blanco, en la que un niño de cuatro años fija su mirada de deseo en un rifle expuesto en lo alto de una vitrina que no puede alcanzar. Los ojos del niño, sin policromía, apenas marcados y ¡tan diferentes de los de vidrio del auriga o del lapislázuli del superintendente Ebih il! resultaban igual de comunicadores dentro de la sala. La obra de los noruegos Elmgreen y Dragset, siempre en el ojo del huracán, explora la interpelación del deseo inocente e infantil (¿casi navideño?)con el peligro de la destrucción. ¿Valdría la pena mirar con otros ojos10 One Day y renombrarla hoy, en honor a la festividad escandinava de Santa Lucía, con un título más claro como cría cuervos y te sacaran los ojos o donde pongo el ojo pongo la bala?
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Esta piedra semipreciosa de color azul era símbolo de riqueza y su precio superaba cuatro veces el del oro. Con el tiempo se conocerá como el oro azul. ↩
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La escultura en alabastro exige menos esfuerzo que en mármol. El mármol define los volúmenes y nos lleva a un mundo de idealización mientras que el tono amarillo del alabastro acerca la figura a la vida. ↩
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Este efecto intenso se logró incrustando trocitos de concha y lapislázuli en el alabastro. ↩
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¡Estudiaron los astros, establecieron las bases matemáticas para que Pitágoras desarrollase su teorema y la base sexagesimal para cómputo del tiempo, crearon las primeras ruedas para accionar sistemas de riego que después araban, elaboraron cerveza que llamaban kas, inventaron el jabón y además lo dejaron todo por escrito en unas tablillas con un sistema cuneiforme! ↩
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Ley del Talión alude a la Justicia retributiva, equitativa y recíproca con el crimen cometido y que es revisada por Jesucristo cuando predica el perdón ofrecer la otra mejilla y posteriormente por la crítica de Gandhi: con “ojo por ojo, el mundo acabara ciego” poniendo en valor la no violencia. Además en el código con 282 leyes se llega a legislar algunas profesiones liberales allí se regulaba cuánto había que pagar a un médico que te sana, o que cura a un esclavo incluso cómo castigarlo si te mataba. ↩
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El basalto es la roca volcánica más común y uno de los mejores chistes de Eugenio XD ↩
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El χρόνια και χρόνια significa años y años y fue un anuncio muy popular años y años ↩
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El auriga venía preparado antes de la celebración de los juegos píticos para dejarlo en el primer centro psicológico de la antigüedad (a la entrada de Delfos decía: conócete a ti mismo )como homenaje a su éxito. Con este exvoto se consigue una nueva estética más naturalista (mimesis)y una innovadora forma de representar la expresión que domina las pasiones (ethos). ↩
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También era de Sicilia Santa Lucía, cuya festividad se celebra hoy como protectora contra las enfermedades de los ojos. ↩
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Para mirar con otros ojos: Miguel Ángel que en ocasiones tallaba el ojo de las esculturas- El David o El Moisés- y en otras dejaba sin esculpir, como en las tumbas de los Medici. Bernini marcaba la mirada en una fase inicial y terminaba la escultura maquillando y cincelando el ojo. Canova optó por no tallar el iris para crear la belleza ideal; y ya a nivel colosal, Borglum, para dar vida a los presidentes con cabezas de dieciocho metros del Monte Rushmore, a modo de pupila talló una columna de 56 cm. ↩
Máscara de pestañas
Lancôme
Los ojos son el espejo del alma y ahora más que nunca hay que sonreír con la mirada, hoy día de Santa Lucía , qué mejor regalo que Lancôme Grandiôse Extreme la formula perfecta para una mirada infinita ¡puro lujo para las pestañas!