Viene siendo un clásico en el blog que felicite a David por su cumpleaños y también es un clásico para los escultores tratar el mito de David¹ venciendo al gigante filisteo Goliat. Así hoy hablaremos de las versiones de un tema concretándolo en los distintos homenajes e interpretaciones del adolescente David, por ser la personificación del triunfo de la justicia, de la virtud, del valor, de la inteligencia y del empeño por conseguir cualquier cosa².

Como conozco a mi sobrino, que es más de ciencias que de letras —si es que todavía se puede decir esto—, y no le quiero aburrir con un repaso desde el Quattrocento de las principales versiones del suceso del joven pastor de ovejas que con un tirachinas se cargó a un abusón de tres metros (algo así como si Arya Stark lanzando una piedra consiguiese abatir a La Montaña y después con su espada aguja degollase a Sir Gregor Clegane) en lugar de reseñar las diferencias y similitudes del momento en que se representa, si va vestido o no, si parece joven o no tanto, si lleva melena o pelo corto, si está desproporcionado o diminuto, es de mármol o bronce, si parece concentrado o relajado, si lleva una espada o una honda… he decido prescindir del David de Donatello³, pese a ser el primer desnudo del Renacimiento; del David de Verrochio, que tal como va vestido podría ser una vengativa Arya Stark; del David reflexivo de Miguel Angel⁴, que es una transformación de un chico normal judío en un superhéroe al estilo Hércules clásico y del David con turbante de Antonin Mercié⁵ y únicamente voy a comentar las versiones artísticas que podrían tener algún interés extra para los que tienen la suerte de encontrar la belleza en la física y las matemáticas.

Bernini como escultor, diseñador de espectáculos, maestro de ceremonias y organizador de fiestas realizó un David con su propia cara ⁶ captando la esencia del movimiento y lo colocó justo el momento en el que va a empezar hacer el lanzamiento de la piedra ⁷. Hizo una captura de pantalla del instante esencial de la película, pausó la imagen en el climax de la acción consiguiendo no solo hacer una escultura con infinitos puntos de vista y capturar ese momento fugaz, sino incluirnos en ese instante a los espectadores en esa dimensión. Al situarnos frente a David, Bernini nos involucra en ese espacio de acción, la mirada del lanzador pasa por encima de nosotros y se dirige a un gigante que está detrás extendiendo el espacio de la representación más allá de los límites de la materia.

Esta obra cinética merecería un galardón cinematográfico por la alta tecnología de sus efectos especiales y por la excelente puesta en escena que supera a muchas películas, y no se me ocurre mejor condecoración que la que es la versión escultorico-matemática del David de Berrocal. Este escultor es un genio que rompió los cánones de la estatuaria tradicional, yendo más allá de la superficie y aplicando conceptos matemáticos⁸ desmonta los volúmenes de su escultura. Sus creaciones pueden montarse y desmontarse con giros y traslaciones. Es un inventor de recipientes geométricos de tesoros que contienen el alma de la escultura y, precisamente por eso, fue el autor de los primeros bustos de los premios Goya en el que combinaba una escultura de Benlliure de la que a modo de puzzle escultórico emergía mecánicamente una cámara cinematográfica.