En el Santiago de los noventa la mayoría de los estudiantes compartíamos piso; los negocios punteros eran las fotocopiadoras, los locutorios, las salas de cine y las cafeterías con pantallas enormes para no perder ningún partido de Canal+. Las pocas calles de la ciudad se llenaban o vaciaban al ritmo de Nevermind. Se veían algunas tiendas de Zara —que nadie identificaba con Inditex— y muy pocas bicicletas ya que las únicas ruedas que circulaban por las aceras eran trolleys que arrastrábamos algunas chicas para ir a la estación.
Los últimos años que pasamos en Santiago nos instalamos ¡en un piso con calefacción! y, no sé si por el calor que recordaba a Miami o por lo mucho que nos reímos con la serie, nos empezamos a llamar las chicas de oro. Esa temporada: Belén (Dorothy1) era la que compartía todo conmigo: el baño, la habitación, las recetas de cocina, sus habilidades de Arts & Crafts y las teorías de Paulov. Paula (Blanche Deveraux) era la consentida de casa por eso solíamos ejercer de institutrices para abrirle los ojos a los derechos de las mujeres y Petronia (Sofia) era ideal para todo tipo de actividades y excursiones: un día trasladábamos nuestros códigos y declaraciones universales de derechos a la biblioteca de la facultad de historia donde fantaseábamos sobre arte, descubrimientos y excavaciones; otro perezoseábamos al sol en la plaza de la Quintana; acudíamos a exposiciones de arquitectura y algunas noches nos acercábamos a Cineeuropa o hasta la Casa das Crechas, Modus vivendi, el Press, el Superfuzz, Clangor…
Y yo, igual que la despistada Rose Nylund 2, me acabo de enterar de que un diez de diciembre como hoy murió el inventor de las bicicletas3 que no circulaban por Santiago; que Eleanor Roosevelt fue la fuerza impulsora de que el diez de diciembre de 1948 se aprobara la Declaración Universal de Derechos Humanos que tanto estudiamos en la biblioteca; que nuestro piso de estudiantes respondía a los principios de ausencia de ornamento propuestos por un arquitecto que nació un diez de diciembre; que a veces los diez de diciembre se pueden encontrar restos prehistóricos como Lucy4; que un diez de diciembre5 de hace ciento diez años se concedió por primera vez el premio Nobel de literatura a una mujer que también tenía amigas que le hacían ver cuestiones sociales y feministas; y que el Paulov6 que me descubrió Belén fue premiado con otro Nobel un diez de diciembre.
Hoy también me doy cuenta de lo maravilloso de ese momento en el que fuimos unas Chicas de oro.
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Esta actriz, que perteneció al cuerpo de Marines de los Estados Unidos durante la SGM, dejó, como Nobel, en herencia 300,000 dólares a una organización que proporciona alojamiento a jóvenes LGTB sin hogar. ↩
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Rose Nylund era un personaje que divagaba cuando se contaba un suceso y se perdía historias. El 10 de diciembre de 1988 se emitió el capítulo 9 de la cuarta temporada titulado Scared Straight. ↩
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La bicicleta está considerada como un símbolo de libertad para la mujer ↩
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Una Australopithecus afarensaus de hace más de tres millones de años descubierta en 1974 en un yacimiento de Etiopía. Este hallazgo permitió comprobar la capacidad de andar erguido y el crecimiento del cerebro. ↩
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Coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel hoy se entregarán los premios Nobel ↩
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El cerebro de Paulov todavía se guarda en el panteón de cerebros de Moscú fundado el año 1928. El instituto investiga los órganos de los genios más brillantes de la URSS como Maximo Gorky, Chejov, Lenin y como representante femenina a la pedagoga Nadezhda Krupskaya la mujer de Lenin. ↩
Rebeca extragande en mezcla de mohair
Miu Miu
Si quieres ser una chica de oro en condiciones, llévate una rebequita por si refresca: esta rebeca —las chaquetas de Joan de la Fontaine en la película Rebeca (Hitchcock, 1940) dieron nombre a la prenda— o cárdigan de Miu Miu es perfecto para los días de entretiempo. Y no te olvides de pasar por Vintage & Coffee para encontrar más ropa original de los ochenta y noventa.