Tal día como hoy, en 1903, comenzó la historia de la aviación: los hermanos Wright, que se dedicaban a arreglar bicicletas, convirtieron en realidad su sueño de volar al elevarse por primera vez en un avión motorizado, poco después Lindebergh cruzaba el Atlántico en solitario a bordo del Espíritu de San Luis y años más tarde Amelia Earhart se preparaba para su último vuelo en el Lockheed Electra1.
De alguna manera todos ansiamos volar pero, Amelia Earhart2 tenía una necesidad imperiosa de hacerlo. Para disfrutar de la experiencia estética del vuelo buscó varias vías de financiación, llegando incluso a promocionar su propia linea de ropa. Amelia, pionera en récords de aviación, fue la primera famosa3 que comercializó su propia marca, Amelia Earhart Fashions4 dónde aprovechó su condición de icono5 inesperado, de libertad y éxito, en el campo de la moda con el fin de recaudar fondos para sus costosas expediciones de vuelo.
Su línea de ropa original incluía veinticinco diseños con vestidos, blusas, pantalones y sombreros que se distribuyeron desde 1934 en más de treinta ciudades norteamericanas: Macy’s (Nueva York), en Strawbridge & Clothier (Filadelfia), The Emporium (San Francisco), en Marshall Fields (Chicago)… y publicitados en revistas femeninas junto con la ropa de Lanvin. Su visión de la moda se basaba en recomendar tejidos lavables y prácticos como algodón Grenfell o utilizar seda de paracaídas en sus confecciones. Además, fue la primera en vender sus prendas por separado para no tener que entallar después de la compra los tamaños de la chaqueta o de la falda según fuese necesario; en esta línea utilitaria, diseñó camisas con cola más larga para que, si las usuarias realizaban movimientos o inclinaciones, no quedase su piel expuesta. Toda su ropa incorpora su amor por el vuelo en detalles como coser botones en forma de hélices o la belleza de las etiquetas de sus prendas (que incorporaba su firma en negro, con una delgada línea roja del rastro de su monoplano rojo).
El plan de Amelia nunca fue estar entre costuras, anhelaba conseguir dar la vuelta al mundo sobrevolando la línea del Ecuador. Los preparativos fueron complicados, había que ubicar dónde repostar encajando las etapas con aeropuertos disponibles en la ruta. En su aventura sobrevoló selvas tropicales, contempló la desembocadura del Amazonas, descubrió desiertos y cráteres de volcanes y, tras haber recorrido dos tercios de su camino, cuando sólo quedaba cruzar el océano Pacífico, para regresar a casa, informó que el combustible se estaba agotando y desapareció junto con su compañero de vuelo para siempre6.
El mundo de la moda rinde homenajes a personajes carismáticos e independientes como Amelia para sus colecciones en sus pasarelas… y desde este desfile de aventureros 2016 que dura 24 días quiero felicitar a mi tío por su jubilación, con más de 30 años dedicado a las costuras empieza hoy otra aventura ¡Ponte guapo Misael!
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El Lockheed Electra estaba equipado con dos asientos para que le acompañara un experimentado navegante que conocía la ruta: Fred Noonan. Como transportaban doce depósitos de combustible, tuvieron que instalar en el avión un sistema de cuerdas para pasarse notas, desde la mesa desde dónde Fred consultaba los mapas, hasta la cabina dónde Amelia pilotaba. Tras su desapararición se comentaron como causas agravantes del desenlace que Amelia no sabía código morse y que estaba exhausta por la intensa promoción y organización de la expedición. ↩
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Amelia Earhart, tenía una repercusión mediática impresionante y una trayectoria reconocida antes de emprender esta expedición. Fue una niña diferente que disfrutaba subiendo a los árboles y disparando; de joven no cambió, mientras cortaba centímetro a centímetro su cabello para que su madre no lo notara, iba creciendo su fascinación por volar. Consiguió que su padre pagase sus lecciones de vuelo y pidió prestado dinero para hacerse con Canario, su primer avión, que por supuesto pintó de amarillo. Nunca sospechó que su afán por volar pudiese convertirse en su profesión, siempre lo consideró como un pasatiempo, fue algo que surgió con una intención comercial para promocionar el vuelo Friendship (muestra de buena voluntad entre EEUU e Inglaterra) de 1928 con la presencia de una mujer. Es la época en la que comienzan los récords de aviones y se utiliza a Amelia por su magnetismo, su belleza, que tanto gustaba a hombres como a mujeres, su mirada de ojos rasgados sonríentes y la irresistible rebeldía de su diastema, (sus dientes separados manifestaban de modo inconsciente su necesidad de independencia: No estaba dispuesta a perder su libertad y rechazó en cinco ocasiones la proposición de matrimonio de George Palmer Putnam, un afamado editor y explorador, que curiosamente le prohibió sonreír con la boca abierta y se casó con ella. Amelia, que consideraba el matrimonio como una prisión, conservó su apellido de soltera y, además, le entregó una carta a Palmer previa a la boda exigiendo ruptura del matrimonio si en un año no resultaba satisfactoria la unión. ↩
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Aunque de niña Meeley hizo ropa a sus muñecas y, en ocasiones, se ajustaba ropa masculina para poder volar con comodidad; la línea de moda, probablemente, fue idea de su marido (que ya había cobrado por poner el nombre de Amelia en los motores de aviones Pratt & Whitney, en el bar Peter's Original Chocolate Bar, en los automóviles Hudson y en la cámara de cine Kodak), quizá la decisión fue tomada tras entrevistarse con la reconocida diseñadora de moda Elsa Schiaparelli en 1933. Durante la visita, Amelia charló con Schiaparelli sobre ropa funcional para la vida activa. Amelia Earhart ya era admirada por su sentido del estilo (en diciembre de 1934 los diseñadores de moda de América la nombraron como una de las diez mujeres mejor vestidas) y ella manifestó que su objetivo era crear ropa hermosa y asequible para las mujeres, a precios que no alcanzaran nuevas altitudes ↩
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A este respecto decía: Odio los volantes y su coste elevado, así que decidí diseñar ropa menos excitante, sólo buenas líneas y buenos materiales para las mujeres que llevan una vida activa. Aunque toda su ropa tenía un precio razonable y gozó de gran popularidad, no se mantuvo debido a la escasez y al desempleo. Muestras de sus diseños se pueden encontrar en su Casa Museo en Atchison, Kansas y en la exposición del museo Hanford Carnegie, California. ↩
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Gap (influenciado por el éxito taquillero de Top Gun) recupera el icono de Amelia Earhart sacando una famosa campaña publicitaria que mostraba a Amelia con su chaqueta bomber y pantalones caqui: un look andrógino único en el que, aunque vestía con colores aburridos, como el marrón y los clásicos blanco y negro resultaba muy estilosa. Una revisión de su vestuario se ha realizado recientemente para filmar el biopic poco conseguido de Mira Nair ↩
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Se ha escrito mucho sobre su desaparición. Sin evidencias concluyentes de su paradero, se rumorea que Amelia Earhart tenía instrucciones del presidente de los EEUU para aterrizar en territorio japonés y realizar labores de espionaje. Finamente regresó a los EEUU para jubilarse con otra identidad. Esta versión no cuadra mucho con los actos del Presidente Roosevelt posteriores a su desaparición porque autorizó una búsqueda con 9 buques navales y 66 aeronaves a un costo estimado de 4 millones de dólares. Sin obtener resultados, la búsqueda se abandonada y George continuó hasta que perdió toda esperanza de encontrarlos con vida. Se consideró el mayor misterio la aviación sólo superado, en la ficción por la emisión de la serie Lost en 2004 o en el mundo real por la de Antoine de Saint-Exupery en 1944, o de la inquietante evaporación del vuelo MH370 de Malaysia Airlines en 2014. ↩
Gafas de motorista
Bertoni
A falta de un buen vintage de la marca Amelia Earhart Fashions, fantaseemos con que necesitamos estas gafas de motorista.