No recuerdo cuando fue la primera vez que acompañé a Alicia a viajar al País de las Maravillas pero imagino que sería con una de aquellas ediciones troqueladas de Susaeta, Vilmar, Saldaña o cualquiera de aquellas editoriales maravillosas que publicaban colecciones de literatura juvenil, cuentos troquelados y tebeos en las décadas de los setenta y ochenta. Todavía conservo varias de ellas en mi casa.
Regresé un montón de veces, con otras ediciones diferentes, casi todas ilustradas con los dibujos originales de Sir John Tenniel (de 1865)1, hasta que, ya en la Universidad, fue la edición de bolsillo de Alianza Editorial la que me ayudó a aprobar la asignatura de Lingüística aplicada. Todavía recuerdo aquellas noches leyendo y releyendo el libro, palabra por palabra, frase por frase, intentando buscar significados donde, a veces, puede que ni los hubiese.
Son tantos los artistas e ilustradores que han dibujado a Alicia que es difícil escoger. No obstante, aparte de la clásica de Tenniel, podría decir que mis versiones favoritas son la de Leonard Weisgard (1949) y la de Anthony Browne (1988). No recuerdo, sin embargo, haber visto la película de Disney de 1951 hasta más tarde, ni tampoco haber leído ningún libro con las que, quizás, sean las ilustraciones más conocidas y con las que más asociamos la imagen de Alicia.
La última vez que viajé al País de las Maravillas lo hice con mi hija Violeta y una edición pop-up publicada por Kókinos en el año 20062. Fue abrir el libro y sentir cómo los ojos de Violeta se iluminaban en cada página.
Por supuesto, ella, Violeta, tiene desde hace tiempo su primera Alicia: la versión de Coco Books (2014), ilustrada por Alison Oliver3. Y este año, como hemos sido buenos, hemos pensado pedirle a los Reyes Magos la de Benjamin Lacombe editada por Edelvives (2016).
Me hace tanta gracia que a Margó le de miedo el universo de Alicia que cualquier día la invitamos a que se venga con nosotros. ¿Para cuándo una merienda de locos en, por ejemplo, un área de descanso de la AP9?
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Durante el proceso de edición, Lewis Carroll encargó a Tenniel que utilizase como modelo para Alicia un retrato de la niña Mary Hilton Badcock. Antes de eso, entre 1862 y 1864, Caroll ya había dibujado algunos de los personajes, e incluso algún pasaje de la novela, en un manuscrito titulado provisionalmente Las aventuras subterráneas de Alicia.Fueron editadas a modo de facsímil en 1887. ↩
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La edición pop-up de Kókinos (2006) es el libro más grande creado por Robert Sabuda en su estudio de Nueva York. Lo cierto es que siempre se llevan todos los méritos el autor y el ilustrador de la obra y muy pocas veces damos importancia al creador de estas obras de ingeniería. Sabuda es también el artífice de otros libros como Peter Pan o El mago de Oz (Kókinos) y el fantástico Tiburones, Bestias y Dinosaurios, en colaboración con Reinhart, (Montena). ↩
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La colección «Literatura Mini» de Coco Books es una opción perfecta para acercar a los niños a los clásicos. Además de Alicia en el País de las Maravillas. El primer libro de los colores, cuenta con títulos como Drácula. El primer libro de números, Frankenstein. El primer libro de anatomía o Ana Karenina. El primer libro de la moda, todos a cargo de Jennifer Addams y Alison Oliver. ¡¡Los tenemos todos!! ↩
Tetera Ruan Hoffmann
Jardin Des Plantes
Una tetera diseñada por Ruan Hoffman reinterpretando la exquisita cerámica de Delft para tomarse una taza de té —o incluso colacao— a la salud de Alicia.