La moda es caprichosa y poco fiel. Lo que nos parece lo más actual, lo último en bodas, maquillaje o decoración pronto resulta anticuado. Algo así pasó con la circuncisión1, un tema que, aunque nos sorprenda ahora, fue lo que llamaríamos hoy un fenómeno viral con muchos me gusta. Pero poco a poco se volvió un asunto incómodo, pasando a ser controvertido, difuminándose incluso con otros episodios2 para acabar desapareciendo de la iconografía.
La Circuncisión de Jesús se desarrolla el uno de enero, al octavo día de su nacimiento; esa primera sangre derramada —presagio del destino de la Pasión—, une el Antiguo y el Nuevo Testamento y da origen a una historia increíble3.
Los personajes que representa Juan Bellini4 en su Circuncisión, enmarcados en un fondo negro, apenas nos muestran sus movimientos. Los adultos inclinan sus cabezas en el momento de la ceremonia; el sacerdote —probablemente el hombre sabio y temeroso del Señor llamado Joel del que hablan las distintas fuentes— recibe ayuda de una especie de monaguillo que, con un guante, le retira la toga, mientras que el bebé aprieta los puños —un gesto novedoso en la representación de un niño para simbolizar que está contenido y asustado— mostrando así una actitud de rechazo a este rito y también hacia el pasado judío. El resultado es un óleo con esa luz especial5 de Bellini.
La tendencia de unificar las escenas de la circuncisión, de la presentación en el templo y de la purificación de María, ha llevado a pintores de la categoría de Rembrandt6, Mantegna, Rubens, Zurbarán, Durero y Tintoretto o Goya7 a cometer algunos errores de raccord en sus circuncisiones, ubicándola en cuevas o templos a su capricho, representando a su conveniencia a los personajes: así, a veces son los padres de Jesús los que le circuncidan en lugar del sacerdote médico, o la Virgen aparece en las representaciones dentro del templo, al que no podría asistir hasta pasados los cuarenta días de purificación… Lo que no me queda claro es si la versión de Pollock8 contiene algún error…
¡Anticipándome al día uno, felicidades Manueles y próspero 2016!
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Rito iniciático vinculado a las culturas mesopotámicas del 2000 a C más por razones de salubridad que religiosas. En la comunidad judía lo practicaba un sacerdote-médico a los ocho días del nacimiento del varón (Lucas 2:21) para reconocimiento por la comunidad, otorgamiento de su nombre y como purificación del pecado original — ¡a San Juan todavía no le había dado tiempo a diseñar el Bautismo! ↩
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La representación de la circuncisión deja de tener independencia y se combina con la presentación en el Templo, que tenía lugar a los cuarenta días del nacimiento del niño. No se trata de confusiones reales de tema si no de excusas para evitar la preeminencia histórica del judaísmo sobre el cristianismo. ↩
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La matrona presente en el momento de la circuncisión guarda el apéndice recién cortado en una jarra de alabastro llena de aceite de nardos y se la entrega a su hijo que la vende. Un ángel años más tarde lo encuentra y se lo da al Papa San Gregorio Magno. Doscientos años después otro Papa se lo ofrece a Carlomagno como presente por su coronación. Lo roban y lo llega a Calcata dónde hace poco desapareció para siempre.Unos acusan a la propia Iglesia y otros sospechan de la mafia. Mientras tanto, ¡aparecieron otras catorce santas reliquias!, de la misma parte del cuerpo, por distintas ciudades, entre ellas Burgos y Santiago de Compostela, y se debatió teológicamente llegando a defenderse que el Santo Prepucio ascendió con Cristo y se transformó en los anillos de Saturno. ¡Menuda dimensión! Aquí el documental de National Geographic que investiga la reliquia perdida. ↩
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La saga de los Bellini marcó una época en la pintura —como el nacimiento de Jesús creó una nueva era, en pintura se habla de la pre y otra postbelliniana— y son la muestra de las frecuentes relaciones de parentesco que se daba entre artistas. Jacobo Bellini el padre, discípulo de Gentile de Fabriano con dos hijos Gentile y Giovanni y una hija que casa con Andrea Mantegna. ↩
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Cuando el hipster de Durero estuvo en Venecia y dijo: «Bellini ya es anciano pero nadie le supera en el arte de pintar», no le faltaba razón. En su Oración en el huerto se percibe que el artista —por primera vez en la pintura italiana— representa una verdadera salida del sol vista por él mismo; en el retrato del Leonardo Loredan, consigue perfilar la personalidad austera del dux a través de sus ropas lujosas, el azul gradual del fondo y, sobre todo, con el matiz de la luz que se refleja en sus ojos, llegando a saberse exactamente la posición del sol —un instante antes del atardecer. El artista atrapa el paso del tiempo del día a la noche, de la madurez a la vejez, en esa mirada. ↩
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Rembrandt era un magnífico contador de historias y la historia de su Circuncisión es bastante curiosa: Pintada en 1646 dentro de un ciclo sobre la pasión de Cristo para Frederick Henrick de Orange, es la única que no se conserva. Se ha llegado a afirmar que fue la Iglesia quien la destruyó por el tema tratado y por la vida poco ejemplar del autor. En este enlace podéis ver que tiene un interés periodístico ↩
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Capilla cartuja Aula Dei, Peñaflor a trece kilómetros de Zaragoza, obra de juventud de Goya, su más extensa obra mural al óleo ↩
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Pertenece a su período surrealista y no pretende polémica religiosa, sólo desea reflejar el sentimiento de dolor y la violencia del momento. Los entendidos dicen que por el ritmo, la duración y dirección de sus pinceladas ya se percibe su estilo personal de dripping o goteo ↩
Champagne George Laval
Laval
Para celebrar la vida con tus amigos y famlia; como dijo Lily Bollinger: «Bebo Champagne cuando estoy feliz, y cuando estoy triste. Algunas veces lo bebo cuando estoy sola, pero cuando estoy acompañada, lo considero imprescindible.» *