Rompecabezas

Cuando estaba elaborando esta entrada estuve muy entretenida investigando para componer el puzle de hoy; esa tarea suele ser muy gratificante, pero esta vez la casualidad 1 hizo que además fuese romántica o incluso mágica. Entre cubos de Rubik2 y cubos Soma3, juguetes multicolores de Alma Siedhoff-Buscher, pentaminós, Tetris, Torres de Hánoi, viejos juegos chinos y otras locuras, me encontré con el hermoso puzle de animales que Enzo Mari diseñó en colaboración con su mujer Lela para que los niños tuvieran, además de un rompecabezas que estimulara su coordinación ojo-mano, un juego de construcción que les permitiera inventar historias 4.

A través de varios enlaces en internet, encontré de casualidad la imagen que estaba buscando para acompañar al texto: la foto de un niño jugando con las deliciosas piezas de madera5 que parecen ser tan agradables a la vista y al tacto. A través de Tectónica llegué a… ¡Efímera! Un viaje en el tiempo —al 20 de diciembre de 2009— para encontrarme con la persona que me completa, la pieza que combina perfectamente conmigo y que con sus detalles efímeros me sigue enamorando adviento tras adviento.

  1. El cartógrafo inglés John Spilsbury inventó el rompecabezas casi por azar en 1762. Pegó un mapa sobre una tabla y se le ocurrió cortar las fronteras con una sierra fina —jiwsaw—, de forma que los países fueran piezas separadas que los alumnos debían juntar después. El primer puzle fue, así, un pasatiempo educativo para enseñar geografía. 

  2. El Cubo de Rubik es el rompecabezas mecánico inventado en 1974 por el escultor y profesor de arquitectura húngaro Ernö Rubik. Es superfácil resolverlo en un minuto debajo del agua 

  3. El Cubo Soma es un puzle tridimensional, diseñado en 1936 por el poeta y matemático Piet Hein: tras una conferencia de Física Cuántica fue a su casa y con 27 dados formó 7 piezas desiguales, conocidas como policubos, que al ensamblarse dan como resultado un cubo perfecto. La adicción a su invento sirvió para nombrar su invento, Soma, como la droga de Un mundo feliz

  4. A partir del 2000 Enzo Mari comenzó a colaborar con la tienda japonesa Muji —forma coloquial de Mujirushi Ryohin, «artículos de calidad sin marca»— con la que comparte la ideas de diseño sencillo de buena calidad a precios razonables. Sin embargo, todos los años se elabora una tirada limitada de 300 unidades de Sedici Animali no precisamente baratos, además de 200 copias de la edición de animales marinos de 1973. 

  5. Zoomaderita