Leyendo la definición de Robot creo que mi familia adoptó una máquina robótica1 para las delicias de mi hermano. No se trataba de un Mazinger-Z2, ni de Optimus Prime3, ni siquiera se parecía al turco parlante, como nos hubiese gustado a mi hermana y a mí, sino que era una especie de computadora que demostraba un comportamiento inteligente desarrollando partidas de ajedrez —hasta que quedó obseleta por la llegada de los ordenadores— y muy respetuosa con las tres reglas de su especie4.
La mitología griega ya trató la idea de seres artificiales con Cadmo y Galatea, incluso Vulcano creó sirivientes (como después hizo Saruman con sus orcos). La literatura, el cine y la televisión son la mejor propaganda para cualquier androide o animatronic aunque allí no se encuentra el origen de los robots de juguete.
Los automatismos son un tema recurrente en la historia. El primer libro sobre robots escrito por Herón de Alejandría describe estatuas movidas por la energía hidráulica; han aparecido bocetos de un robot de Leonardo, pero el primer robot parece ser que se debe a un francés, apodado por Voltaire como el Nuevo Prometeo, que hizo que un pato mecánico que simulaba un proceso digestivo completo.
El Thomas Edison de Japón —además de co-fundador de Toshiba— creó juguetes mecánicos extremadamente complejos, que podían disparar flechas o servir té. En los años 30, Westinghouse Electric Corporation construyó un robot humanoide llamado Elektro de 2,15 metros y 120 kg, que se le entiende bien pero, ¿por qué fuma?.
Elmer y Elise eran dos pequeños robots con tres ruedas y caparazón con forma de tortuga desarrollados en Inglaterra a mediados del siglo XX, que recuerdan bastante a los aspiradores robóticos que limpian nuestras casas; el primer robot industrial, Unimate, era realmente parecido a los brazos de la cadena de montaje de una fábrica de coches.
A mediados de los ochenta aparece Omnibot 2000, un juguete que se controla con un mando a distancia con una imagen muy parecida a Robotina de Supersónicos. En los noventa llegaron Aibo —amigo en japonés— y Furby (conozco a uno que además de comunicarse con su dueño se pasea encima de un aspirador5). En 2001 aparece el gato robótico NeCoRo que daba un poco de grimilla.
Para curiosos os dejo este interesante enlace de un apasionado por el mundo robótico.
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Originariamente Karel Čapek —acuñó el término para su obra R.U.R.(Rossum’s Universal Robots)— les iba a llamar LABORI en lugar de robots pero, poco convencido, consultó a su hermano y lo cambiaron por «robotnik» (robota en eslavo significa trabajo duro). ↩
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El padre de Mazinguer Z tuvo la inspiración en un atasco de tráfico, cuando imaginó que a su coche le salían piernas para poder salir de la caravana manejando él al robot para esquivar la situación; así que podemos decir que tuvo la idea de robots transformables antes de los Transformers. ↩
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Líder de los Autobots —una raza alienígena mecánica tan antigua como los dinosaurios, los Dinobots— en lucha constante contra los Decepticons por el destino del Universo. ↩
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Las tres leyes de la robótica intentan contrarrestar el efecto Frankenstein (evitar que una creación se alce contra su creador) y así fueron elaboradas entre John W. Campbell e Isaac Asimov tratando el aspecto moral, cuestiones ideológicas y la relación e interacción entre los robots humanoides. ↩
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Unas recomendaciones sobre cuál es el mejor Robot aspirador. ↩