Lo que más me desquiciaba cuando jugaba a las muñecas 1 con mi hermana pequeña es lo que ahora recuerdo con más cariño. Moni las manchaba, desnudaba, cortaba el pelo y desmembraba; yo las lavaba, vestĂa, peinaba y curaba… De todas, mis preferidas y las Ăşnicas que mi hermana respetĂł escrupulosamente, quizás por miedo a una terrible represalia, fueron la guapĂsima Nancy gallega 2 que veis en las fotos y que me trajeron los Reyes en casa de mis abuelos; y la denominada por mi madre «dama antigua», que lucĂa un vestido tipo Lady Violet y que me regalaron al cumplir seis años.
Otras muñecas han llegado a casa hace poco, y aunque no juego con ellas, forman parte de mis preciados bibelots: unas Matrioskas rusas autĂ©nticas y otras preciosamente falsas, una bella y estilizada Kokeshi, un maniquĂ de dibujo al que llamo AndrĂ©s, NĂnive la nadadora egipcia que dejĂł el Louvre para vivir con nosotros, la gansa Selma, EfĂmero un muñeco que reinventamos en honor al ballet triadico y una exclusiva Muñeca MargĂł de trapo manufacturada por mi amiga Petronia.
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ÂżConocĂ©is las muñecas quitapenas? ↩
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Los catálogos de Famosa la anunciaban asĂ: «Nancy es una chica moderna, que trabaja, tiene una cara preciosa y unos cabellos que permiten todo tipo de peinados, un ropero lleno de modelos para todas las ocasiones, su dormitorio, sus maletas, sus postizos, sus bolsos… Una muñeca con la que jugar a cĂłmo te gustarĂa ser de mayor». Y hoy: «Nancy es…¡ la más bonita!. Es una niña de hoy, no sĂłlo en su apariencia fĂsica, sino tambiĂ©n en gustos, inquietudes y hobbies. Ella es…muy dulce, guapa, solidaria, amiga de sus amig@s y ¡le encanta la moda!. Siempre está rodeada de alguna de sus mascotas y le encanta vivir nuevas aventuras.» ↩