Una de las cosas que más me gustaba de mi colegio era la tradición de las postales. Todas las niñas participabamos en un concurso de dibujo, debíamos realizar dos postales navideñas, una en color y otra en blanco y negro: había premios por curso o por ciclo educativo, pero el gran logro era que tu versión a tinta o carboncillo fuese la mejor del centro porque esa sería la postal que se mandaría a la imprenta y con la que las Franciscanas felicitarían a todas las familias.
El año pasado la madre de María y Alejandro propuso en el trabajo iniciar una tradición similar, esta vez serían los hijos, sobrinos, ahijados y demás familia de la plantilla los participantes. A pesar de que no había premio y de que avisamos un poco tarde, Laura, María, Carlos, Leonor, Álvaro, Inés, Iago, Nacho, Martín, Pedro, Dulce, Pepe, Adriana, Lucas, Carlota se volcaron en decorar nuestras mesas convirtiendo nuestra labor en esos días en algo entrañable. Este año se espera que los veteranos repitan y que se sumen a la convocatoria Beltrán, Iago, Alba, Brais, Carla, Alejandra, Manuel Alvaro, Noa, Luis, Dani, Hugo, Jorge, Gabriel, Aldara, Irene, Pablo, Ángel y alguno más seguro. ¡Esperamos vuestras versiones Navideñas de este año!
Fue curioso que con el mismo tema llegasen postales tan diferentes, pero todas ellas estupendas. Reflexionando sobre esto (la imaginación de los ilustradores y las distintas versiones sobre un mismo tema) es por lo que voy a hablar de Estela Plateada, superhéroe protector de la paz en el universo.
El día 4 os hablaba de Stan Lee y de Jack Kirby, creadores de los 4 Fantásticos. Stan era el guionista y se le ocurrió para un episodio que la Familia de Superhéroes debía luchar contra Galactus —ser casi divino que consumía planetas para alimentarse, y sin ningún tipo de moralidad— y le dio libertad absoluta a su dibujante para que lo plasmara en viñetas. Kirby pensó que un ser casi omnipotente debería tener un heraldo, un ser que le sirviera tanto de guía como de anunciador de su presencia y sirviente. Y el Rey creó a… Silver Surfer 1 —al parecer se inspiró en los jóvenes que empezaban a practicar surf.
Otros muchos dibujantes aportaron matices distintos al personaje. Kirby lo veía como un ser sin sentimientos, frio y hermético, cerrado en sí mismo; John Buscema sintetizó la esencia filosófica y lírica del personaje, aportando su enorme capacidad para dibujar el cuerpo humano y las escenas de acción; y Moebius dibujó una parábola del sentimiento religioso con su habitual maestría —contemplar sus dibujos me encanta y abruma, me hace sentir minúscula y al mismo tiempo me hace querer dibujar.
P.D.: Feliz Navidad para Alba y Olivia, niñas de Patos, una de las pocas playas surferas de la zona de Vigo.
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Si quieres disfrazarte de Silver Surfer, ésta puede ser una opción muy recomendable. ↩