He elegido la viñeta de cabecera no sólo porque la nieve y el frío resultan muy navideños sino porque además me encanta que aparezca ingeniosamente en medio del cómic Corto Maltés en Siberia; recuerdo que cuando la encontré me hizo sonreír —que Rasputín sea comparado con Papá Noel resulta gracioso, más aún no siendo Navidad—, como me pasa con muchos de los diálogos que con maestría pone Hugo Pratt en boca de sus personajes.
Corto Maltés siempre me interesó por su aire de aventurero descreído y de pirata romántico; y Hugo Pratt me atrae porque es su personaje -o tiene mucho de él- y me maravilla cómo dibuja: su estilo 1, el trazo con que insinúa o sugiere a veces de modo preciso y en otras ocasiones con simples esbozos de imágenes creando una composición elegante y con misterio en cada página, dando una sensación de fuerza y fragilidad a la vez. Se definía más como un artesano que como un artista, se veía como un pintor renacentista que contaba con algunos colaboradores, con los que trabajaba en equipo 2.
Se cuenta que esta historia nace de una provocación y de una magnífica colaboración: en una ocasión unos dibujantes le preguntaron a Hugo Pratt porqué Corto no había ido nunca al país natal de Rasputín. Pratt, en broma, contestó que lo único interesante de Rusia es Siberia y que un cómic sobre Siberia sin trenes ni era cómic ni era nada. Guido Fuga 3 se ofreció a dibujarselos. Así fue como Guido Fuga, el dibujante de trenes de Corto Maltés en Siberia, comenzó a colaborar con el equipo de Pratt.
Pero además de los diálogos de los personajes y los dibujos que me fascinan, lo que más me interesa de Hugo Pratt es su narración 4, y sobre todo admiro la capacidad que tiene para documentarse en sus historias: para esta historieta en concreto investigó la construcción de los nueve mil kilómetros del Transiberiano, la insurreción contra la dinastía de los Ching, las sociedades secretas chinas, la independencia de Mongolia, la Primera Guerra Mundial, la caída del Zar Nicolás II, la Revolución de Octubre, la creación de la Guardia Roja, la primeras batallas contrarrevolucionarias en Siberia comandadas por el atamán Semenov y el Barón von Ungern-Sternberg. A partir de esta investigación se cocina la receta mágica, esa deliciosa mezcla de realidad histórica con ficción que proporciona una credibilidad sorprendente a personajes como Rasputín.
El resultado es una fascinante historieta llena de sentido poético y romántico, un album magnífico y quizás la obra gráfica cumbre de Hugo Pratt; además es un tributo a Milton Caniff, y a Shanghai Express de Josef von Sternberg. La actriz protagonista, Marlene Dietrich, sirvió obviamente como modelo para el personaje de la Duquesa Marina Seminova. En la película, Marlene se llama Shanghai Lily, este nombre le gustó y creó un personaje con ese nombre basado en una amiga suya china.
Creo que esto os convencerá de que estoy totalmente cautivada por Corto Maltés: nos enamoramos de Venecia —hace ya ocho años— gracias a las rutas de su guía secreta, perdiéndonos por calles por el placer de descubrir mármoles bizantinos o emblemas de sociedades ocultas. Pero es que, además, Corto se ha ido colando de manera misteriosa en otros viajes, como cuando descubrimos una exposición de Hugo Pratt en Lugano.
Para mi ahijado Dani, apasionado del dibujo, las historietas, los viajes y la libertad. ¡Ojalá disfrutes de Corto Maltes, aventura en estado puro!
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Su estilo gráfico es deudor de Milton Caniff, Will Eisner y Alex Raymond, casi nada. ↩
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Para colorear recurría a coloristas, casi siempre mujeres, pues las encontraba más capaces de realizar combinaciones tenues de color, en la historieta no le gustaban contrastes violentos y siempre buscaba el efecto de la suave técnica del pastel. ↩
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Guido Fuga es también autor de la guía La Venecia Secreta de Corto Maltés: itinerarios fantásticos y ocultos de Corto Maltés en Venecia. ↩
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¿Cuáles son los escritores favoritos de Hugo Pratt? Respuesta: Daniel Defoe, Joseph Conrad y Borges. ↩